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"Vidas adosadas" o por qué te estás perdiendo sorprendentes encuentros humanos cada día.





BCN, filósofo, 1961.-

"No se puede decir lo que se piensa ni podemos hacer como queramos porque ello implica que los demás sabrán de nosotros en alguna medida, y nos ofrecemos desnudos frente a sus posibles ulteriores ataques. La carencia de espontaneidad en nuestra sociedad no se traduce en la represión de lo malo sino en la represión incluso de lo bueno y en forma de cautela ante cualquier acción, especialmente, la espontánea." ...........................C. Castilla del Pino, "Incomunicación" .-


Estas palabras son el eje de este ensayo. Y la primera frase del libro, demoledora: "Hoy en día, en el mundo occidental, los hombres parecen temer más la comunicación que la incomunicación". Antes teníamos claro quiénes eran como nosotros, y por eso, quiénes eran diferentes. Todos éramos parecidos y la comunicación hace décadas (la comunicación de verdad) era sana, natural, sencilla, ... Pero ahora todos somos clase media (u hombres-masa como diría Ortega, en la peor acepción de "clase media"), ha llegado la tecnología, la revolución genética, el psicoanálisis que nos desnaturaliza, las urbes, ... y los viejos símbolos se han disuelto, incluso muchos conflictos socio-políticos. Sin embargo, eso no ha hecho más que aumentar nuestra confusión, ahora todos somos todo, se ha difuminado nuestra identidad, somos indeterminados, anónimos, ... y caemos en una "libertad negativa" : podemos hacer casi cualquier cosa pero nos paralizamos, nos detenemos a nosotros mismos, nos abstenemos contínuamente de dar pasos que querríamos dar. ¿Qué es eso de tener que esforzarme para conocerme mejor o para conocer al Otro?


Y buscamos salidas cutres:

1.- Nuestro ego múltiple: puedo ser todo hoy en día. Puedo tener yoes sucesivos, alternativos, coexistentes, cambiantes, ... según tiempo, lugar, gente con la que esté, modas, .... pero ¿quiénes somos? Nos dividimos en varios como locos de múltiple personalidad sin pararnos a pensar en nuestra esencia inamovible.
2.- Nuestros amigos invisibles: antes que establecer contactos con los demás preferimos las entelequias ( a veces importantes, desde luego): cuidamos a las ballenas, creemos en los putos extraterrestres, nos evadimos con pelis de vampiros, creemos en los viajes astrales, en los ángeles, en gente rara, ...
3.- El sospechoso entusiasmo por la "diferencia": qué modernos somos, aceptamos lo diferente como bueno, sea lo que sea... ¿no es una forma de distanciarnos de ello? ¿No será que lo tememos?
4.- Negamos al Otro: la mujer, el loco, el extranjero ... y tantos arquetipos que damos por sentado ante de preguntarnos ¿quiénes son?

Pero llega Paco con las rebajas y no queda más cojones que relacionarnos con los demás tarde o temprano y aún así utilizamos subterfugios:

a) La manipulación lingüística: ya no dialogamos, utilizamos el lenguaje fático (no sé si existe en el diccionario) pero se refiere a un uso neutral del lenguaje, recurrimos al lenguaje para mantener las vías de comunicación abiertas simplemente, recurriendo a tópicos (véase las conversaciones de ascensor, con los camareros al pedir el café, ...) el problema es cuando el principal porcentaje del uso del lenguaje es fático en toda nuestra vida diaria. Todo problema importante es puramente lingüístico hoy en día. En el momento en que queremos expresar una verdad, un sentimiento, ... ya es sospechoso. La realidad común es sospechosa. Expresar una opinión honrada o mantener un diálogo abierto es difícil.
b) Comunicación no verbal: como ya no nos vale lo que decimos (suele estar vacío) recurrimos a ser expertos del lenguaje no verbal. Nos compramos libros, interpretamos gestos, jugamos a adivinar... porque ya no nos fiamos de la palabra. Sospechamos, no conversamos. Pero preferimos el cine hablado al mudo o en las entrevistas de trabajo se habla , no solamente se mira en silencio. Hemos desprestigiado el diálogo y jugamos como gilipollas a buscar lo escondido, lo oculto en el lenguaje no verbal.
c) Legislemos el color de tu tanga: legislamos casi todo, no queremos tener lugares imprecisos, zonas "oscuras" que nos obliguen a tener que relacionarnos con el Otro, a negociar como seres humanos, algo, por cierto tan natural como bello.. En las separaciones matrimoniales , los abuelos tienen el tiempo medido para estar con sus nietos. En algunas universidades yankis no puedes mirar a tu interlocutor a otra parte del cuerpo que no sea su cabeza.
d) Todo es un juego: vivimos en un mundo zapping, pasamos a otra cosa a la menor contrariedad. Evitamos el conflicto como sea. Y la sociedad es una gigante ludoteca. La culpa la tiene el capital, la dura infancia, la TV, ... ¿y nosotros? Si reivindicamos el valor del esfuerzo, somos unos reaccionarios. Así que jugamos con lo virtual, los desahogos de fin de semana, ligamos por Internet, ya no seducimos a las personas, sino a las pantallas.
e) Vidas adosadas: Schopenhauer decía que los seres humanos somos como puercoespines. Si tenemos frío nos juntamos pero nos pinchamos, nos volvemos a separar y de nuevo tenemos frío, nos volvemos a juntar, etc... Así que para vivir huímos del edificio bullicioso y nos retiramos al adosado pero no tan aislado como una cabaña en el campo. ¿Y los habitantes del interior del adosado? Pues mantienen un "vínculo paradójico": ven la tele juntos, hacen una actividad común pero separadamente así que llegamos al otro de forma indirecta...teniéndolo al lado.
f) ¿A quién pegamos hoy? Antes la agresividad individual se canalizaba colectivamente: guerras, invasiones, perseguir al judío, ... Ahora los niños adoran la lucha en la Tv, los videojuegos violentos, ... En democracia somos todos iguales y eso nos lleva a la "paradoja de Tocqueville": precisamente al ser todos iguales, todos competimos por lo mismo (una mujer/marido guapa, el mejor coche, las mejores vacaciones, ...) y crece la rivalidad con el prójimo. A veces esta paradoja se manifiesta descarada y patológicamente y algunos hijos de puta agreden a las mujeres y persiguen al diferente.
g) El Otro a medida: como la presencia directa del Otro nos incomoda, creamos Otros según nuestros caprichos, a nuestra medida.
- El Otro agradecido: el niño que apadrinamos del tercer mundo, la limosnita en un maratón televisivo de caridad, etc...
-El Otro televisado: o el virtual de Internet detrás de la pantalla, ... y además somos inmunes (podemos fisgonear, mentir, criticar a la boba o al machito de Gran Hermano desde nuestro sofá, maquillar nuestro alma en un chat, ...) Y así mañana seremos como los adolescentes hikikomori japoneses enclaustrados en su habitación sin más contacto exterior que una pantalla. ¡Cuidado no nos vayamos a refugiar también en exclusiva en los libros, dándonos un barniz intelectualoide!
-El Otro étnico: el hombre occidental deviene un voyeur de lo étnico, que los demás se muestren en desfiles pintorescos, en músicas exóticas, en tradiciones que consideramos folclóricas, ...
-El Otro comprado: lamentable; el turismo sexual, las chicas del Este en los clubs, los gabinetes psicológicos de todo pelaje, ... en donde hay que pagar para tener la experiencia del Otro.
O incluso el hecho de adoptar niños caprichosamente ¿queremos realmente un Otro o satisfacer nuestra paternidad/maternidad?
Así, que dejad de leer esto, salid a la calle e invitad a una cervecita a otro ser humano (esas cosas que se mueven con brazos y piernas).
Quizás cambie vuestra vida.

3 comentarios:

  1. La chica de la bici dice:
    Esta frase refleja muy bien nuestra realidad: "ya no seducimos a las personas, sino a las pantallas." Creo que es bastante cierto, lamentablemente. Nuestra vida, en ocasiones y a ratos, es más virtual que real. Esto en parte se debe a que tenemos más tiempo libre que antes, y no sabemos qué hacer con él. Puede parecer lo que digo una trivialidad, pero no lo es. Nos cuesta pensar y nos cuesta vivir libres. Tenemos tiempo de solucionarlo, desde ya mismo. Vamos a ello.

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  2. Sí, sí, estoy a pies juntillas con lo que dice la chica de la bici o la chica de la casita de chocolate llena de libros o la que se deja los libros encima de los radiadores calientes.
    Nos cuesta vivir libres, eso es. Totalmente de acuerdo. Qué claro lo ves todo, amiga.

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  3. Chica de la bici/Tosigo: puedo dar fe de que el radiador estaba frío. Lo cálido lo poníamos nosotros en el interior hasta las tantas... y yo no tomé gin-tonics... raro, raro...

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