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Asesino.

" Y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.
No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! "
                                                
                                    " Ciudad sin sueño "
                                    "Poeta en NY".- Federico G. Lorca.                    





El asesino de Federico G. Lorca. 
Me desayuno un domingo apacible con este rostro en la prensa fresca. No suelo ser un tipo demasiado sensible pero me obsesiona y logra  joderme el desayuno.


Boca retorcida, alma de herrumbre. Riegas con sangre la tierra donde jugarán los niños. Gemidos en la escarcha, hierros sobre la piel dura. No mereces la luz del sol, cafre de ojos muertos, animal de entrañas grises. Y sin embargo, tus dedos huelen a tu miedo. Pagas por caricias de mujeres, borracho de odio y vino barato.  Lejía en la carne viva, serpientes en la cama. Hombre cruel: tú eres el muerto. Derramas la miel en el barro, por eso las golondrinas no  anidarán en tu casa. Balas en las calaveras, sangre en la boca, pupilas vacías.  Los frutos de la tierra no serán para ti. Tu castigo será sentir las primaveras; no verás nunca el mar.





Los besos que no damos.

Los besos que no damos no son inocuos. Los besos que no damos, existen. Esos besos muertos antes de nacer, son. Y nos van a acompañar de por vida como rasguños en el paladar del alma que no cicatrizarán jamás. Muescas en la madera más imbécil del corazón. Besos desangrados por el orgullo. Los besos de los que más te arrepientes. Los labios que un día ignoras, no vuelven, son abandonados en un callejón y allí se quedan siempre, entre la lluvia, las horas y los gatos. Agonizan siempre pero no acaban de morir nunca. Los besos ignorados vuelven nuestra boca más ácida, más fea, más estúpida. Las caricias que ahorramos son golpes de sierra en nuestra propia alma. Marcas indelebles. Como abrazos de hielo frío que acaban matando a sus dueños. Besos despreciados en un rincón, arrugados, ennegrecidos y humillados, que  acaban regresando amargos en el río del tiempo, de la mano de un barquero borracho y cruel. Besos raquíticos y con memoria. Los besos que no damos no son inocuos, nos dejan más solos. 


Zen o a tomar por culo todo ya (Memento mori).

  Auténtico planning secuencial del seguimiento de objetivos presupuestados.
Junio 2011, entre Doñana y el Atlántico.

A los 22 años ya tienes la licenciatura superior.
A los 27 te largas del banco en el que curras como indefinido porque te aburres.
A los 28 años ya tienes el MBA en una de las mejores Business Schools de Europa.
A los 32 años eres el ejecutivo más joven de la compañía con las mayores responsabilidades. Gestionas casi 1.000 millones de las antiguas pesetas.
A los 36 años, cuando ya tenías las respuestas a todas las preguntas, decides que debes formularte nuevas preguntas. A tomar por culo todo ya.
A los 38 años, "a mitad del camino de la Vida" (Dante dixit) sólo eres un tipo tumbado a la orilla del Atlántico.
Renuncias a todo, empiezas de cero, eres libre, miras el atardecer y disfrutas cada instante de tu Vida.
Otros pueden apuntarse a cursillos municipales de tai-chi.
Esto es el auténtico Zen.







Sentado al sol de la mañana.
Seguiré sentado cuando llegue la tarde.
Viendo pasar a los barcos.Y viendo cómo vuelven a pasar.

Estoy sentado en el dique de la bahía.
Viendo crecer la marea.
Sólo estoy sentado en el dique de la bahía.
Perdiendo el tiempo.

Dejé mi casa en Georgia.
Me dirigí a la bahía de San Francisco
Porque no tengo metas por alcanzar.
Y no hay nada que me inquiete.

Por eso me voy a sentar en el dique de la bahía.
Viendo crecer la marea.
Sólo estoy sentado en el dique de la bahía.
Perdiendo el tiempo.

Nada cambia
Todo sigue igual.
No quiero hacer lo que la gente me dice que haga.Así que supongo que me quedaré así.

Aquí sentado, descansando mis huesos.
Es esta tranquilidad no estaré solo.
Me he comido muchos marrones.Para conseguir que este dique sea mi casa.

Me quedaré sentado en el dique de la bahía.
Viendo crecer la marea.
Sentado en el dique de la bahía.
Perdiendo el tiempo.