Pues pensaba cascarme un sesudo comentario sobre un libro que me ha entusiasmado. Pero como estamos en veranito, será mejor que el propio autor hable de ello y yo me ahorre la tarea... que me voy a la playa.
Apaga tu móvil unos minutos (¿eres capaz?) y disfruta de la charla.
Stress, competitividad, ansiedad, prisas, rutina... Vivimos acelerados en el trabajo, la familia, la alimentación, el ocio, la agenda de los niños... así que va siendo hora de desacelerar. No tenemos tiempo de escuchar al Otro... y acabamos por no oírnos a nosotros mismos.
Comer con lentitud, practicar sexo con lentitud, desplazarnos con lentitud, educar a los niños con lentitud... la sabiduría de disfrutar de una comida sencillla o de una buena conversación.
No siempre es fácil pero aquí van algunas ideas.
Si tienes 20 minutos, echa un vistazo, no te arrepentirás...
Si tienes 20 minutos, echa un vistazo, no te arrepentirás...
Para subtítulos en castellano: Dale al Play, Pestaña desplegable, "Spanish".
Puede verse tamaño completo, pulsando esquina superior derecha.
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Totalmente de acuerdo en que la velocidad es adictiva, de ahí la dificultad para combatirla. Hace mucho tiempo que me di cuenta que haciendo las cosas más lentamente me salen mejor, parece una obviedad, pero cuesta darse cuenta. El problema es que, dado ese componente adictivo, para frenar hay que concentrase en ello, que manda huevos... Y, además, cuanto más deprisa vamos más rápido se nos pasa la vida, con lo cual, se podría decir que nosotros mismos nos suicidamos un poco con cada carrera.
ResponderEliminarTodo esto me ha recordado algunos versos de un mal poeta:
Me salen los besos lentos
porque nacen con vocación de quedarse.
Me gustan los versos perros
porque me despiojan y me vigilan.
Y se quedan.
Me caldea la tenue llama
de los besos lentos
y los versos perros.
Miguel.
Yo si he tenido 20 minutos para escuchar el video y ¿sabes?, según le escuchaba me acordaba de algo…
ResponderEliminarYo vivía muy acelerada, quería ser, sin saberlo, una súper whoman, una mujer de esas a las que le da tiempo a todo, de esas que están impecables a las ocho de la mañana en su trabajo y por la noche están estupendas y sin ojeras, una mujer de esas que entre la mañana y la noche hacían millones de cosas y cogían el coche para todo, una mujer de esas que hasta se había olvidado de lo que es pasear, pero una mañana…
Una mañana en el baño cuando salí de la ducha hablaba la radio y me sentí amenazada, sí, amenazada por el tiempo, ya no eran días lluviosos o calurosos sino días de alertas, siempre había una alerta roja de nieve o de calor o de lo que fuese, después seguí escuchando y vi como me amenazaban con la bolsa, con el índice Nikkei y las hecatombes económicas, me amenazaban también las noticias de política con sus actitudes agresivas y me sentí frágil, frágil y manipulada, entre noticia y noticia me decían en anuncios en el mes de julio, cuando aún no me había ido de vacaciones que ya era otoño en El Corte Inglés y me sentí ridícula por haber caído en esa trampa de consumo, aceleración y catastrofismo.
Ese día decidí que no quería prosperar en mi trabajo, que no me interesaban ya las jefaturas y empecé a decirme a mi misma que tenía que cambiar mi forma de vida.
Ahora, llevo cinco años escribiendo en mi loko diván, saco mucho más tiempo para mi, disfruto con cosas pequeñas y siempre digo: me encanta aburrirme porque no me aburro nunca…Me gusta que el tiempo pase despacio, saborearlo, masticarlo, disfrutarlo y sobre todo vivirlo y no caminar por él como dice el de tu video y como hacía yo antes caminar a velocidad de vértigo por mi vida….
Vaya rollo que te ha metido hoy la loka del diván eh?
Gracias por haber puesto este video y haberme hecho recordar lo subnormal que era yo antes de darme cuenta que la vida es otra cosa diferente a la velocidad
Blondie
Miguel.- Buenos versos los de ese mal poeta. Respecto a la velocidad de la Vida, recuerdo una frase que me hizo pensar mucho, mucho de Lobo Antunes en "El orden natural de las cosas", es esta: "... entonces descubrió que había nacido cuarentón en aquel asiento de autobús...", es escalofriante.
ResponderEliminarBlondie. - Hasta cierto punto, mi historia es similar. Yo más que amenazado por las alertas, descubrí que llevaba repitiendo el mismo día durante los últimos años. Descubrí que estaba muerto, que me habían robado el tiempo, como la frase que acabo de contestar en el comentario anterior de Lobo Antunes pero a los 36 años. Y mandé todo a tomar por culo.
ResponderEliminarEsa frase del cuarentón y el autobús...
ResponderEliminarTremenda!!!