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Magia con faltas de ortografía.



Alguien ha fotografiado este cartel y lo ha colgado en internet. Son de esas cosas que te hacen pensar que sigue existiendo la magia en este jodido mundo. Según San Guguel, "Tuzsa" son los Transportes Urbanos de Zaragoza. Así que algún camarero de Zaragoza (un Alfonso cualquiera, un tal Pablo con perilla) tuvo un flechazo con alguna conductora de bus que habría parado casualmente en su bar (Ana, esa de coleta rubia o Paula, la del bolso en bandolera). Él no sabe ni su nombre (hay que andar más listo, chico) y sólo sabe que trabaja conduciendo por la ciudad en la que ambos viven. No tiene más información y tiene que encontrarla cueste lo que cueste a través de carteles en las paradas. Tiene que volver a verla, saber su nombre, hablar más tiempo con ella, conocerla un poco más. Y posiblemente sólo hayan intercambiado unas pocas palabras tópicas y un par de bromas de barra. Y un simple cartel con faltas de ortografía nos redime de la estupidez cotidiana, de la vanidad del mundo, de las prisas y de la vergüenza boba que nos impide sentir con libertad. De creernos mejor que el de al lado. "Seguro que es un psicópata", "Es que yo no hago estupideces como esta". Claro, no  lo dudo. Así te va. Porque ese sencillo cartel a punto de desprenderse es una perla brillando entre la mierda. El camarero no  renuncia a su intuición, a la magia de la vida. Tiene fe en el azar. En el divino azar. Podía haberse quedado quieto leyendo el Marca sobre el mostrador, desechando la idea de volver a verla. Yéndose a casa después de hacer caja una noche más. Y soñando con ella. Pensando que no es tan importante para él, tirando a la basura una ilusión más. Total, ya van tantas... Pero ha dado un paso al frente, se ha puesto en pie. Lo veo escribiendo el cartel en el dorso de un albarán de patatas fritas con un Bic mordido y colgándolo con una sonrisa de esperanza y papel de celo basto, cortado con los dientes. Y esas cuatro líneas tienen más peso que todos los balances de las empresas del Ibex35, más poesía que cien Nerudas solamente leídos y nunca vividos, más verdad que todas las homilías del mundo, más emoción que todos los sueños que no nos atrevemos a soñar, más luz que todos los fríos neones de los centros comerciales.  Estos son los detalles que hacen que la Vida, simplemente, valga la pena. Un trozo de magia a punto de caerse en la marquesina de una parada de autobús cualquiera. Espero que ella se pase por tu bar, muchacho, y que tengáis la historia más bonita de vuestras vidas.




Aquí la foto original en otro blog. 


10 comentarios:

  1. Vamos a decir que las faltas eran porque estaban con las fiestas del Pilar. Él había bebido mucho en la carpa de la cerveza de Valdespartera y su Dulcinea lo sacó ebrio de ese engendro para depositarlo en su casa sin ningún rasguño.

    La historia es bonita y digna de aparecer en un blog.

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  2. Es malo ser un psicópata?

    Acaso este post no es una apología de la psicopatía de la lógica y la razón?

    Acaso el amor no ha de vencer SIEMPRE a la lógica y la razón?

    El amor es una psicopatía, pues.

    He dicho.

    PD: Estoy muy mal, ¿no?

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  3. Gracias Ulises.- Una de las cosas que más me gusta de un blog (de éste y de cualquiera) es que puedes contar historias de estas. No están en los periódicos ni en los informativos. Son pequeños trozos de magia que te apetece compartir cuando crees haber observado algo fuera de la norma, algo especial que no tiene cabida más que en las historias de la propia calle. Reales como la vida misma.

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  4. Señor Miguel. Está usted muy malamente. ..................................................Quiero decir, no le hagamos publicidad positiva a usted, no sea que lo genuinamente humano y poético vaya a ponerse de moda. Lo mismo acaba haciendo usted algún spot de algún gran centro comercial. Mejor mantengámonos ocultos... primus inter pares.

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  5. Vaya respuesta. Pues no he entendido ni jota. Me voy a dormir.

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  6. Bueno, sí. He entendido hasta el primer punto (estoy de acuerdo)

    Me voy a dormir.

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  7. Hasta el segundo, hasta el segundo punto!!

    Me voy a dormir.

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  8. Miguel.- Pues que los outsiders socio-poéticos son una minoría que hay que cuidar. Que son raros en su especie, especiales, ... que cuando celebran lo maravilloso de la vida parecen unos tipos raros, que nadie fue profeta en su tierra, rara avis y todo eso.... Joder, que cantar al Amor en nuestros tiempos parece de psicópatas. Quien celebra la poesía en su vida es un tipo raro.... que me cago en todo ya. Vamos, pues eso. Que está bien que reivindiquemos la locura que todo lo cura. La catársis y tal.

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  9. Buenas, feliz dominguero estacional, una doble de ¡Bravo! y una de bravas ,le pediría yo al espontáneo camarero, esto son buenas noticias, qué pena que no salgan en los medios de incomunicación de masas, mis felicitaciones por difundir y relatar con maestría, y sentimiento, estas perlas de vida. Por cierto, estoy en un "sin vivir", como va habiendo confianza te cuento.. ayer asistí al primer acto de la Semana Romántica, organizada por la Biblio de mi ciudad, hasta ayer yo pensaba que eras estóico, pero después de la amena y didáctica disertación creo que estoy equivocado, tienes que ser romántico, y no lo digo por tu blog cabroncete, sino por la plena conciencia del yo, ausente aún en el el estoicismo, así que míratelo bien y me/nos cuentas, no hace falta que me/nos des medidas.

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  10. Arqui. Lo que siempre hemos hablado/escrito/blogueado: existen noticias (o hechos) llenos de magia a nuestro alrededor pero nos dejamos embaucar por el IPC, la deuda, el Banco Central Europeo o la crisis. Sin embargo, existen las buenas noticas, sencillas, humildes pero que nos compensan de la porquería corrupta de nuestro alrededor. Cada uno elige cómo ver las cosas y su entorno. Yo prefiero ver así mi entorno, llenos de héroes románticos, gente luchadora en cualquier terreno.

    Hummmm. ... etiquetas ¿romántico?¿estoico?.... todo a la vez, como todos. La vida es un viaje, no un destino. Todos somos todo en un momento dado. Pero ojo, que los estoicos propugnan el autoconocimiento también, no sólo los románticos. Saludos, amigo.

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