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Hoy es mi último día.

Take me down to the Paradise City,
where the grass is green and the girls are pretty... /
Llévame a la Ciudad del Paraíso,
donde la hierba es verde y las chicas son guapas...

Guns and Roses, "Paradise City".-


Todos tenemos un último día. El último día que te acuestas con una mujer concreta, el último día que ves a una persona a quien amas o el último día en un trabajo que desprecias. "Hoy es mi último día en Goldman Sachs". Así empieza su carta en el NY Times Greg Smith tras doce años currando en el banco de inversión. Desde la Universidad, luego un puesto en NY y así hasta su último destino, Londres. Le calculo unos 35. La edad clave, antes de los cuarenta, para mandar todo a tomar por el culo. Para volver a nacer, más sabio. Si lo haces entonces, te conviertes en un tipo asombrosamente feliz. Más tarde no lo haces o lo haces gracias a un bonito infarto de miocardio, oclusión arterial del alma incluida, a los cincuenta y pocos, con una esposa operada a quien pones una boutique o galería de arte y un par de hijos gilipollas (con flequillo).  Con un precioso chalet con piscina, eso sí.  Juegas al golf, le miras las tetas a la recepcionista  del club y tu esposa le mira el paquete a su monitor en el hoyo seis. Se trata de una relación equilibrada y serena a estas alturas. Por supuesto.


Pues doce largos años aguantó Greg. Dice -ahora- que el ambiente era "tóxico y destructivo" en la empresa. También dice Greg que  "la fibra moral ha declinado", que no importan las personas (y menos los clientes) sino el dinero. Ni que hubieras visto la luz, Greg, con un coro de querubines con Visa de empresa cantándote esta revelación. No te jode, Gregorio. Y eso que de dinero Greg sabe algo porque, no nos engañemos, el amigo Greg ha ganado bastante pasta como Director Ejecutivo de Derivados USA para Europa, Oriente Medio y África. Pero al menos, ha tenido los cojones de tirarse de la moto. Ya me sé el rollo: te cambian las preguntas cuando tenías todas las respuestas. También es algo así como aprovechar el sistema -uuuh, el sistema- durante cierto tiempo para agenciarse luego una vidilla relativamente tranquila. Sé que te convertirás en un bobo (bourgeois bohemian) . Perdón por el galicismo-anglicismo palabroso. Tampoco se lo podemos reprochar al chaval, es un chico listo y estoy seguro de que volverá a disfrutar en su nueva vida el olor de la hierba y la belleza de las chicas que creyó perdidos entre aviones y comidas de empresa. Casi no se te empinaba antes y ahora serás un follador insaciable; lo sé. La mejor señal de lo apropiado de tu decisión. Te follarás la Vida a tu manera. Disfruta, Greg. Ojalá hubiera miles de Gregs abandonando miles de puestos directivos... creo que no estaríamos peor que ahora.

6 comentarios:

  1. Aunque Greg abandone vendrán otros gilipollas a trincar (como dice Reverte). Dice que ahora no hay ética, ¿cuando ha habido ética en la economía capitalista?.

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  2. Amigo ulises.- Es cierto que vendrán otros a perpetuar el sistema. Quizás porque este sistema económico funciona (incluso la crisis es una lógica catársis para renovarse y empezar de nuevo) al fomentar nuestras pasiones más elementales, que se resumen en tenerla más larga que el de al lado. Haría falta tal toma de conciencia y de forma tan masiva para cambiar esto que sencillamente es imposible. Quizás el amigo Greg lo sabe y, no exento de cinismo, ha buscado su propia salvación. Quizás sólo haya salidas individuales. Quién sabe si los llamados a perpetuar el sistema mañana son los que hoy se quejan. El hombre es débil y muchas veces tiene un precio. Al menos Greg ha estado dentro y se ha tirado en marcha, por personales o egoístas que sean sus motivos... lo ha hecho definitivamente. Y no abunda en estos tiempos el hacer, abunda más el decir, el criticar sin moverse. Me gustan los gestos no habituales. Un abrazo.

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  3. De la misma manera que me alegro de que tu cambiases los movimientos de fondos por la combinación de palabras, (que acercan, entretienen, sorprenden,irritan o espolean), me alegro de todos los Gregorios que toman la difícil decisión de tirarse en marcha, aunque se tenga buen colchón, es fácil hablar, actuar no tanto, ahora bien no siempre se tiene la capacidad de elección, Ahora puedes aborrecer tu puesto en la cadena de montaje en ere temporal, y, tener que regresar a tu turno de noche, ese que no te ha permitido volver a follar con tu mujer hace años, porque tienes dos mellizos fecundados in vitro, porque tu esperma es flojo, a ver si no con tantas agresiones psicoquímicas.... , esos, son gestas, que no gestos, habituales que merecen todos mis respetos.
    Un abrazo, respetuoso.

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  4. Amigo Arqui. También es verdad que damos el título de "gesta" a cualquier cosa. Por ejemplo, uno está puteado y se inventa mil excusas para seguir así. Que si críos, que si la mujer, que si la cosa está malamente, temores varios, etc... y vendemos una mierda de vida como "gesta" de tipo abnegado, entregado, laborioso, etc... Claro que ¿dónde está la frontera? Es algo así como ser bueno o ser tonto. Suele haber límites tan etéreos... Así que antes de palmarla, que el tiempo pasa rápido, debemos preguntarnos si somos gilipollas en nuestra vida o abnegados padres o hijos o esposos o madres y esposas. Quizás el día de mañana nos arrepentiremos de haber sido no sacrificadas personas sino imbéciles directamente. ¿Dónde está la diferencia entre alguien generoso y un "matao"?¿Dónde empiezan las responsabilidades (de todo tipo) y dónde nuestra obligación de vivir nuestra Vida? Yo considero que tenemos la sagrada OBLIGACIÓN de "hacernos cargo" de nuestra vida (personal e intransferible), no sólo de "echarnos cargas" en nuestra vida. Quizás nuestros hijos o nuestros compañeros/as nos echen en cara no haber dado un paso, un salto a lo desconocido y nos reprochen una vida monótona, tristona y falsa.

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  5. Un poco de indulgencia monsén… acudo ferviente a sus homilías ejemplarizantes, pero a veces no sé, si no me alcanza la fe o la ética, seguiré buscando en su púlpito la absolución a mis pecados de omisión y sumisión. Amén.

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  6. Pecador Arqui.
    Ego te absolvo a peccatis tuis. Tómate dos gin tonics como penitencia. Y mírale el culo a la camarera. Con el tercer gin tonic te dejo pedirle el teléfono.

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