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Gentrificación... y bares.



Hablar, hablar, hablar...
Bailar, bailar, bailar...
Beber, beber, beber...
Los Zigarros, "Hablar, hablar, hablar".-



Aquí. Bebiendo. Básicamente.

Gentrificaciónproceso de transformación urbana en el que la población original de un sector o barrio deteriorado es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo a la vez que se renueva (Wikipedia-wiki-wiki).-



Una de las cosas de las que estoy más orgulloso es de haber nacido en la parte vieja de mi ciudad. Ya sé que eso uno no lo elige, pero estoy contento de estas calles. Eso imprime carácter, como los jesuitas. Si quieres conocer una ciudad, emborráchate en sus bares más antiguos. Otros te dirán que visites sus museos; a tomar por culo los museos. No sabes nada sobre arte y vas a un jodido museo. Claro que luego puedes fardar por ahí. Es que a mí me gustan los impresionistas. Claro. Qué bonito el museo d'Orsay ¿verdad? Ni te acuerdas de lo que viste, cretino/a. Sigamos, que me disperso.  Las calles en las que naces cambian. He vivido en Madrid y Barcelona varios años... pero ¡ay!, mis callecicas de lo viejo. Mis calles -mías, Fraga, entérate-. Así que uno siempre vuelve a ellas. Siempre vuelves, tarde o temprano. Para rastrear tu infancia, para buscar a las chicas que no volviste a ver, para emborracharte, para recorrer librerías, para charlar tomando cafés largos y sin prisa. Y uno las ha visto cambiar mucho. Sus encantadores yonkis -con más hueso que futuro- como profetas iluminados arrastrándose con su chándal, su bollo y su lata (que ahora vuelven, por cierto, debe ser la crisis y tal), tu primera bici que frenaba con el pedal hacia atrás, los ultramarinos donde  comprábamos Panteras Rosas de críos, los parques en donde jugábamos -soy de la última generación que jugó en la calle- , mercerías de las que ya no quedan (molaban las fotos de tías en ropa interior), las primeras erecciones cuando tu vecinita se sentaba a horcajadas sobre ti, los secretas sacando las pistolas. Coches ardiendo. Cualquier puto crío distinguía a los Clash de los Pistols con doce años. Todo realmente entrañable.Todo muy constructivo. Ves gente a la que no veías desde hace veinte años... y aún los reconoces. Qué viejos ellos, qué viejo yo. Basta de batallitas.


"Cuando era joven quería vivir en una ciudad grande.
Cuando perdí la juventud quería vivir en una ciudad pequeña.
Ahora quiero vivir".
Angel González.-

Pero una cosa sí ha cambiado mucho, y es que... amiguitos... ya no quedan bares de rock. Apenas. Ahora ha llegado la gentrificación y tenemos bares modernukis. Con lamparitas guays, revistas de diseño para su lectura y consulta en plan estupendo (supongo que debes poner cara de estar en el rollo sobre el último grito en moda nórdica para el hogar) y música chill-out. Los pelmazos del vintaaaage. Lo dicen así, alargando la a. Tócate los cojones. El feng-shui que disimula su mierda de vida contra el pintxo de tortilla y una buena sidra que te la alegran. No queremos gastrobares, queremos tascas de taburete y serrín. Y un chupito hierbas desparramado por los dedos y brindado a tu salud. Te relames la punta del dedo corazón, la auténtica sangre de Cristo, la celebración de la Vida. Creo que no hará falta que hablemos de las ya hace tiempo inexistentes tiendas de discos; eso da para otro post. Así que uno tiene que refugiarse en esos cuatro baretos que aún resisten con sus barflys canosos y barriguillas (lo mismo estoy yo incluido) y tirando a perdedores, con su colección de CD's polvorientos (el espotifay es una modernez), sus camareras que eran unos bollycaos... hace veinte años, claro. Ahora se pasean con dos niños y están gordas. G.o.r.d.a.s; ya sé que no es políticamente correcto. Otros somos malas personas, lo que es peor. Hala, ya está. Corrección política en el blog de al lado. Supongo que el tiempo no espera a nadie y donde antes había una tasca, ahora hay una galería de arte toda cool. Donde antes había una cuchillería, ahora una boutique. Oui, oui, ya sé, ya sé. Que si no fuera así, las partes viejas de muchas ciudades se habrían convertido en ratoneras. Chueca, el Born o Malasaña por ejemplo, estuvieron a punto de serlo -alguna de ellas lo fue definitivamente- y los modernos o los nuevos inversores las salvaron de alguna manera. Mundos aparte, Lavapiés y Raval tienen su propia idiosincrasia. Tiempo atrás, Barrenkale en Bilbao y Calderería en Pamplona. Que es el precio que hay que pagar, que mejor una tienda delicatessen que una bajera (que decimos por aquí) cerrada. Lo sé... el paso del tiempo, que tampoco me quiero hacer trampas en el solitario. Pero que uno tiene su corazoncito a pesar de la pose de malo y tal -es eso, pose, que yo soy un chico muy sensible- y se acuerda de cómo eran las calles antes. Sin más. Que no quiero daros la tabarra tampoco.




2 comentarios:

  1. Hace unos días estuve en la Calle San Francisco y la Palanca de Bilbao y eso se ha comvertido en una zona intransitable. Cantidad de sadamericanos borrachos armando broncas, moros pasando hachís prostitutas sidosas, chulos, yonquis y demás ralea. Esta gente había colonizado esos bares de barrio que tu dices y te aseguro que no entrarías allí ni de coña. Hace unos días en el Born se inauguró otro mercado de turistas como el de San Miguel de Madrid. Y eso para meter un sablazo por un puto pintxo de tortilla que en otros bares de bareio te lo tomas más a gusto. Leyendo tu entrada te veía siendo el prota de"Todo es mentira". Coque Malla clavaba esa vida en barrio histórico.

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  2. Amigo Ulises.- Exacto. Esos son los dos extremos a evitar. El empobrecimiento del barrio que acaba no ya siendo popular o con sabor sino pasto de la delincuencia... y el otro extremo, el barrio que acaba siendo una parque temático para turistas. Por eso las ciudades y sus barrios son dinámicos. ¿Cómo acertar? Pues cuando el barrio ha abandonado la delincuencia y empieza a ser habitable sin ser turístico. Malasaña era así hace un tiempo. Chueca es ya demasiado fashion. Ahora un barrio auténtico puede ser la Barceloneta, exceptuando el verano y las zonas de mar. Por eso es difícil dar con barrios así. Las ciudades son diferentes con el paso de los años por estar en movimiento continuo. Sobre todo pasa en ciudades de un cierto tamaño. Sin olvidar que muchas voces opinan que barrios enteros se empobrecen a propósito (no adecentarlos, abandonarlos... ) para pegar luego un pelotazo urbanístico por parte de promotores y ayuntamiento. Yo no salgo ya por el Born, por ejemplo, si acaso por su parte norte o a algún bar concreto como el Xampanyet, aunque lleno de guiris. Sí sigo merodeando por el Raval, eso siempre, ese sí que es un barrio especial o por Barceloneta que aún conserva muchos sitios casi secretos y sólo para vecinos: El Moll del Rebaix, la Leo, ... por ejemplo. Me hablas de San Francisco de Bilbo. Siempre ha sido un barrio chungo, chungo... no para salir. Me recuerda a la zona de Ballesta en Madrid. Peligroso. Pero con cruzar la ría tienes Barrenkalle y aledaños , llena de buenos garitos rockeros, si te gustan, claro. No he visto la peli que mencionas, a ver si tengo oportunidad.

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