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Abstenerse comeyogures, lectores de bestsellers y socios del FNAC.

                               "El mito de Sísifo" (1942)  y mis pinreles.-



"But there's a warning sign on the road ahead /
Pero hay una señal de peligro carretera adelante".
Neil Young, "Keep on rockin' in the free world".

Lo primero es tener cojones -o suficiente lucidez- para aceptar lo absurdo de la Vida. Seamos honestos con nosotros mismos. Hablamos de un niño con tumor a los siete años, de una leucemia fulminante a los treinta y cinco o de ese puto camión a la salida de una curva. Es que no lo ví. No somos nada y todo eso. De ver morir a tus seres queridos o de ver que el esfuerzo de décadas no vale un carajo. Hablamos de estar en una silla de ruedas babeando y haciendo ruiditos raros mientras moqueas.. groc, groc...Si te has ido librando de toda esa mierda, al final, te mueres. Bueno, no, tú no, que eres especial y has nacido con una flor en el culo. Así que los pensadores se devanan los sesos sobre cuestiones metafísicas y teológicas. Los contrincantes: el paso del tiempo, el mundo, los otros y la muerte. En épocas decimonónicas, el culmen de todo era aquello de si Dios no existe, todo está permitido -que decía Dostoyevski. Y no os engañéis que no era un grito liberador, ni emancipaba al hombre de nada sino que nos sumergía en la gran putada porque: o bien no somos libres y siendo Dios todopoderoso es responsable del mal o bien somos libres, por ello responsables y Dios no existe. Lo dicho, una gran putada lo mires como lo mires. Toda la patrística, toda la escolástica de siglos o todo el idealismo hegeliano más reciente y civilizado no ha añadido media mierda a esta incógnita. Claro que siempre puedes anestesiarte para no pensar demasiado: criar unos niños preciosos y lozanos o dedicarte a tu brillante carrera profesional -es un joven muy prometedor-. Pero he aquí que los existencialistas le dan otro punto a la cuestión, como el nitrógeno y eso en la cocina modernuki. Empezando con Kierkegaard. Amén, en pie, saluden. Te puedes leer a Heidegger, Jaspers, a Nietzsche (existencialista aunque él no lo sabía) o a Gabriel Marcel (un tipo majo éste último, demasiado cristiano, quizás). Llevo un año leyendo casi todo de estos andobas. Pero nada hay, a modo de síntesis de esta historia -además de Kierkegaard, claro- como Albert Camus. Por su profundidad y sencillez. Apto para (casi) todos los públicos. Porque él avanza, da un paso con inteligencia y pelotas. Literatura de combate, como la de Sábato, con quien charlé una vez que jamás olvidaré. Da un paso más en eso de ser humano con todas sus consecuencias. Bueno, en el Club de la Lucha, también Tyler Durden lo hace bien cuando dice eso de que si no interiorizas que vas a morir algún día, tu Vida estará siendo inútil hasta ese preciso momento. Por ahí van los tiros. Así que el amigo Albert te habla no de trasnochadas cuestiones metafísicas sino puramente morales, prácticas, cotidianas. Y así llega a la primera, última y única pregunta que merece la pena hacerse: ¿la Vida vale la pena? Esto es como decir que la única cuestión filosófica que importa es el suicidio. A partir de ahora los lectores del Marca se pueden retirar o poner Tele 5 porque entramos en aguas tan profundas como evidentes, lúcidas y obvias por obra y gracia del viejo Albert. Claro que antes de llegarnos a esa pregunta nos engañamos con las ilusiones de libertad: el judo de los niños, las facturas del ADSL, las vacaciones todo incluido con pulserita amarilla, la tele pagada a plazos o cualquier baratija que se os ocurra. De hecho, la mayor parte de la gente no se pregunta qué coño hay más allá de eso. Pero, cuando uno llega a la noción del Absurdo, todo se desquicia. Claro que antes están los ansiolíticos, los regalitos de spa de relax fin de semana, la ilusión de casarte de blanco, los talleres de tai-chi del ayuntamiento, mi marido no me comprende y el psicoanálisis, bla, bla, bla... Lo de siempre. Así que cuando por fin te atreves a mirar a la Vida cara a cara te quedan pocas alternativas serias: volarte la cabeza o aceptar ese Absurdo. Disfrutar del Absurdo. Así que en primer lugar optas por la REBELIÓN. Rebelión del propio pensamiento, rebelión interior y filosófica, tomar postura ante la Vida. Como dice Camus, "esa rebelión es la seguridad de un destino aplastante (vaya si lo es, añado yo), menos la resignación que debería acompañarla". Ya sólo esta frase merece el Nobel que te dieron, Albert. Rebelión de la desesperación, rebelión metafísica. No clickear ¿cliquear?... hacer click, copón, en Facebook en solidaridad por una causa guay -pero me temo que tenemos conciencias demasiado fáciles de calmar-. Es decir, una rebelión tal a pesar de saber que la lucha está perdida no te lleva ni al lloriqueo ni a eludir la pelea vital. Olé. Magistral. Para eso, apunta Camus, lo primero es tener CONCIENCIA de uno mismo, del mundo y de la Vida. Pero no contento con eso, añade que precisamente esa rebelión existencial es lo que hace al hombre vivir en LIBERTAD, incluso en las condiciones más oprobiosas y deleznables. Como colofón final, sigue Camus, esto nos conducirá a la PASIÓN por estar vivos durante un tiempo aunque sea limitado, la pasión por el mero hecho de haber nacido hombres, por el simple hecho de existir. Después, ya vendrá el Arte, la Acción, el Pensamiento, la Creación, echar unos polvetes, ... Mañana espero que te despidas de ese trabajo de mierda. Espero que la llames y le digas que la amas. Espero que cada día te despiertas con una puta sonrisa. Espero todo y no espero nada. Espero que leas a Camus y cambie un milímetro tu forma de entender la Vida. Ahora yo me levanto y me pillo una Heineken del frigo. Salud. Hale.




8 comentarios:

  1. Observar a todo y a todos los que te rodean ya merece una vida. A mi me pena no tener más, yo creo que una se me hará a poco. Entre los 15 y los 30 le daba vueltas a la metafísica, ahora me tomo unas pintas en la puerta de un pub mientras veo pasar a la gente.

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  2. Amigo Ulises.- Hay que procurar, de alguna manera, vivir más de una Vida. O al menos no vivir la que tenemos como otros quieren que la vivamos. Eso ya es un principio. Respecto a la edad... yo ahora, a los cuarenta, junto metafísica con bares y las cervezas me saben mejor. He aprendido lo único que merecer ser aprendido: el día de hoy no volverá.... y es más tarde de lo que pensamos...

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  3. Que me haz hecho la noche hombre, justo yo y mi gran compañero de trabajo y de vida nos hemos pasado horas hablando del absurdo camusiano y de lo que que éste genera, o sea la libertad. Para conseguir la libertad la única vía es el absurdo. Grandes Saludos desde México D.F.

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  4. Daniel:- Gracias por entrar en estas páginas humildes y por el comentario. Sintetizas muy bien al Absurdo camusiano. Cuando entras en él, todo se desquicia y sólo cabe matarse o la Libertad. Camus le da forma de rebelión intelectual o metafísica, un preguntarse continuo, interpelarse a uno mismo sobre su persona y por supuesto, obrar en consecuencia que es lo que hace ser libres. Otros existencialistas se acercan a ese final pero unos lo llaman Dios (nada que ver con el Dios católico), otros proclaman una fe silenciosa, otros la Nada, otros el disfrute del momento... Pero definitivamente me queda con Camus porque según él la Dicha y el Absurdo son caras de una misma moneda si respondemos a esa llamada vital. Por el camino nos encontramos sucedáneos como el éxito material , el trabajo, etc... pero la pregunta siempre está ahí. ¿Merece la pena la Vida? Camus responde con un pletórico sí, siempre que nos haga ser consciente de nosotros mismos y buscar y buscar y rebelarnos y rebelarnos hasta quedarnos sin fuerzas. Esto que parece una obviedad, no tanta gente lo entiende. ¿Cuánta gente vive una Vida que no quiere? Una pareja que no quiere, un trabajo que detesta, compromisos ridículos de por vida, .. pensando que mañana será mejor, que mañana todo cambiará. Lo que Camus llama "un hombre" es aquel que elige entre la contemplación y la Acción aun entre espantosos desgarramientos. Habrá un precio a pagar, pues páguese para ser libre. Amén.

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  5. Tyler Durden está en todos nosotros y siempre tiene razón. Estamos educados desde la cuna para no escucharle.

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  6. Amigo Miguel- Cuánta verdad hay en tus palabras. Pero los neurólogos han descubierto el pasmoso milagro de la neuroplasticidad: el cerebro aprende cosas nuevas, rompe viejos esquemas mentales en los que nos vemos anclados. Aconsejo a todo el mundo leer sobre ello. Igual es la hora de llegar a revisar nuestra visión del mundo. La cerveza también ayuda. Claro.

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  7. Hola maestro, me alegra verte pletórico, y disciplinado, veo que observas tus mandamientos, te descuidas con mimo las barbas, bebes, lees, amas, a veces incluso creo que consigues hacer un coctail y logras hacerlo todo junto, te calientas los sesos, no se cómo te queda el gorro de marras pero imposible negar que original si eres, quizá consista en un experimento hacia la neuroplasticidad, me encanta la explosión amarilla, en fin solo quería saludarte y compartir este enlace contigo , y con tus visitantes, es un documental, Albert Camus:una tragedia de la felicidad, quizá lo hayas visto pero yo la descubrí ayer y me gusto muchísmo, que dicen por aquí. http://www.youtube.com/watch?v=zthGcGOMZQ0. Y sigue descuidandote con mimo, es muy saludable salvo cuando se te va la mano, ah quizá el gorro es por el dolor de cabeza!

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  8. Amigo Arqui.- Mi sintético, magnífico y prolífico amigo. Qué bueno el documental. No lo conocía. Qué falta hace gente como Camus hoy, qué pocos hombres verdaderamente brillantes hay hoy por ahí, quizás tapados por las televisiones, el ruido y los fútbols. Cuando más se les necesitaba menos se ven. Aunque mirándolo bien tampoco es esta época la de las guerras mundiales ni holocaustos . ¿No creeremos siempre que la época que vive el hombre en su tiempo es la peor del mundo? A fin de cuentas somos de las pocas generaciones de europeos que no se han masacrado en los últimos cien años, bien en guerras civiles, bien en mundiales. Pero siempre se sacan enseñanzas para hoy de gente como Camus o de Sábato o de tantos. Tenemos la sensación de sociedad perdida, acabada, capitalista, .... en el fondo, quitando la coyuntura, somos una de las generaciones más afortunadas. Al menos los mayores de treinta. Es posible que los adolescentes de hoy vivan mañana peor que sus padres. En fin, que nos quiten lo bailao... Que sólo quiero decir que hay situaciones o problemáticas que trascienden una época o un lugar. Que es fácil criticar a los malos, que la esencia no está en la política ni en la economía, que el hecho de estar vivo es lo único que debe maravillarnos y angustiarnos a partes iguales. Y eso lo entendió Camus perfectamente. Que puedes ser libre en una cárcel o un esclavo teniéndolo todo. Bueno, bueno.... me sirvo un chupito Baileys.. y ya paro.. ya....

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