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Raval.




Cien pájaros hambrientos anuncian la aurora.
Es la mala hora, mi suerte acabó.
Radio Futura, "La mala hora".


El Bar Marsella, el Café Marsella. El Marsella. En pleno Chino. Prohibido cantar. Su luz es tan artificial como la sonrisa de las putas de afuera. Quizás ellas sean las auténticas Hermanas de la Caridad. Santas Golfas de la Adoración Nocturna y esquinera.  Irina, Claudia, Rosa, curan heridas de hombres buenos muy malos y de hombres malos muy buenos.  Un trozo de Pigalle en el Mediterráneo. Faro en la noche para embarrancar, sirenas con piojos. Donde la ciudad pierde su santo nombre, donde naufragan los marineros más curtidos. La sangre de Cristo corre por un lavabo sucio. En estas calles las luces de Navidad, escasas y tristes, lucen como guirnaldas en un ataúd. Alejaos los castos de cuerpo, alejaos los limpios de alma, que los biempensantes vayan a los museos, objetos muertos para hombres muertos. Que no vengan los que no tienen nada que ocultar. Aquí palpita la Vida. Aquí lloran los travestis como niños; hay golpes en el alma que no se ven. Decía Vallejo que hay golpes tan duros como el odio de Dios. La absenta, prohibida en Francia -por algo será- es obligatoria aquí. La rebajas con agua y la endulzas quemando un azucarillo sobre un tenedor. Te quema la garganta como un beso frío, no sirve  de nada hacerse el duro. 




Un portero que ha visto muchas cosas. Malos poetas, buenos bebedores. Canciones suaves para cortarse las venas. Todas las canciones tristes del mundo caben en esta calle. Alguien pide un café con un chorro de consuelo, por favor.  Algún madero de paisano con manos largas. El Maki Navaja murió pero sus amigos siguen viniendo. La Charo se está quitando. Callejones negros, ojos brillantes. 25meterysacar. Moritos buenos con mejor chocolate. Rostros del desierto en la gran ciudad. Genet, bohemio y chapero, ladrón y escritor, anduvo por aquí. Dicen que Picasso también cuando abría los ojos a la Vida, cuando la Vida le abría los ojos. Hoy le habrían dado las llaves del barrio para una campaña de marketing municipal. Pero es difícil vestir a una novia fea. Al salir, desfile de las miserias humanas entre los gritos de los erasmus.   El vicio es lo que más une a las razas. Blasfemias en la noche y un labio  partido. Lágrimas en la ginebra dura. Hace frío, ya es invierno en el Raval. Todo el año es invierno en el Raval. Y el año que entra será peor que éste. Sin duda.









Al caer la noche.


Between the curtains,
somebody's watching /
Entre las cortinas, alguien está mirando.
Ultra Orange "Don't kiss me goodbye".-




Al caer la noche algunas certezas se deshacen como polvo en nuestras manos. El andamiaje del día se tambalea hacia el lado tonto del corazón. Ocurre que la luz de las estrellas se refleja en las pupilas y su leve peso nos acaba escorando el alma. Hay caricias sin dar que llevamos en el corazón y que se pudrirán con nosotros. Juegos que acaban hiriendo cuando sentimos el viento frío en el rostro y los recuerdos nos rompen en pedacitos. Así que le das la mano a la noche y te pierdes por las calles que sangran  luz artificial, besando labios rojos y corazones azules. Bombones llenos de licor. Taxis veloces. Sábanas que huelen a fresa y amaneceres lentos. 








Bukowski, poeta.


Que sí, que todos hemos leído a Bukowski. Nada nuevo. Pero me apetecía echarle una segunda mirada al hombre. Yo lo leía a los diecisiete, a los veinte ya llegas a Rimbaud, Baudelaire, Miller o Lautréamont y asciendes a otros niveles. Para leído, yo. Que pase el de las medallas.  Pero siempre hay una temporada en la vida de uno en la que te crees Bukowski. Latas de cerveza y chicas. Son temporadas que van y vienen, más o menos espaciadas a lo largo de los años. A los veintiocho o a los treinta y siete, también puedes jugar a ser como el viejo Charles. Veranos sin nada que hacer, largos como serpientes perezosas. Tardes jodidas y solo por más polvos que eches. Tú también has sido Bukowski, espero. Yo a veces sigo siéndolo y en plena resaca, me pongo a oír música clásica por la radio. Mejor hacerlo solo. La noche anterior te has trajinado dos o tres litros de cerveza. No te acuerdas muy bien pero esperas haber cumplido después y tal, lo de dejar el pabellón alto con el cimbrel y  eso, cosa que obsesiona a los chicos hasta los treinta y tantos. Ahora valoras más lo de tener un joder alegre, aunque no sea tan atlético como a los veinte. Ya veis que me sale el Bukowski que todos llevamos. Hasta aquí. Lo que ahora nos ocupa es su poesía, no la prosa del viejo Charles. Y la lees unos años después, bastantes después, de haber leído su prosa y descubres cosas que no sabes muy bien si no las veías antes porque eras un crío o es que no estaban presentes en sus novelas-biografías. O quizás siempre las has visto, no sé. Y ves en sus poemas a un tipo tierno aunque cabrón. Un hombre que piensa mucho en su niñez, en las historias vividas, tan mágicamente desesperadas como para recordarlas cuando ya es un hombre mayor. Bukowski una vez fue un niño. Ves ahora a un tipo que celebra los pequeños placeres, sus propios placeres -que todo hombre debe elegir tener-, en su caso: el hipódromo, los bares, conducir un coche decente por la autopista, la música clásica. Ni más ni menos. ¿Cómo entender que un tipo que le hace un poema al baño cochambroso de un bar, se emocione -bueno, no tanto- aprecie a Bach? ¿Por qué alguien tan desapegado emocionalmente ejerce una enorme fascinación sobre cierto tipo de mujeres? Un poema a una colonoscopia que le taladra el culo. Eso no es realismo sucio, es suciedad real. No hará falta que nombre, como ingredientes bukowskianos el cinismo, el individualismo a ultranza, la sinceridad descarnada, la ironía radical, la pura terrenalidad, si es que existe esa palabra en castellano. Consciente de su estilo: "A veces tengo la impresión de que sólo leen mis libros los incapacitados, lo que no llegan a entender a Chaucer" (poema "Me halaga"). Bukowski sólo podía ser americano, de la Costa Oeste en concreto quizás; contradictorio, odia hasta la indiferencia (y eso es mucho odiar) el costumbrismo yankee -y a sus protagonistas-, pero se mueve en él como pez en el agua, bien armado de una buena dosis de realismo sin concesiones. Pozos negros entre las costuras de la libertad de neón. Es lo que hay, diría él. Que cada palo aguante su vela. En su poesía también ves un hombre con suficiente lucidez como para saber cómo funciona el mundo, y a veces, pocas, compader a sus semejantes e intentando librarse él de cualquier compromiso solidario, desde luego. No espera nada del prójimo, del mundo, ni siquiera de él mismo. Sólo faltaría...

Antología de poemas que dejó lista
para publicar después de palmar.
Para los frikis de las formas poéticas, seres despreciables y aburridos donde los haya, buscarrimas que ni siquiera beben, les diré que los poemas son más prosa que otra cosa, sin un lenguaje florido ni artificios estilísticos. Sin recursos formales en general ¿será que son poemas tan pensados que parecen paridos como chorizos en una noche de borrachera? Lo dudo. Son poemas porque tienen forma de poema pero podían ser polaroids de un catálogo de gente con empleos vulgares, barflys, perdedores con manchas secas de cerveza en la camisa. En fin, Bukowski y sus historias de la vida cotidiana. Tu Vida es lo que ves. Bukowski se conforma, encuentra su agujero y eructa desde allí al universo. Se echa un gran y sonoro pedo en tu cara. Un auténtico sabio griego (de la escuela cínica, claro) en el Los Angeles  del siglo XX.


Cómo ser un gran escritor.- 

Tienes que follarte a muchas mujeres,
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.
Ve al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
Aprender a ganar es difícil,
cualquier imbécil puede ser un buen perdedor.
y no olvides a Brahms,
a Bach y tu cerveza.
No te exijas.
Duerme hasta el mediodía.
Evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa a plazos.
Acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares (en 1977).
Y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota,
ya sea por buenas o malas razones.
Un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
Quédate afuera de las Iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, sé paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
Más el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
Quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
Una amante continua.
Agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
Haz de eso una pelea de peso pesado.
Haz como el toro en la primer embestida.
Y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievski, Hamsun.
Si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza...
entonces no estás listo, toma más cerveza.
Hay tiempo.
y si no hay,
está bien igual.


** Acerca de esta canción de los Clash: muy poca gente sabe que los coros de las segundas voces son en castellano, mejor dicho, en spanglish. A ver si las pillas. Cosas como "Si no me quieres, líbrame", "si me voy va a haber peligro", "si me quedo va a ser doble",  "me lo tienes que decir", "debo ir o quedarme"...
Los Clash siempre amaron este puto país, a Lorca, a Granada y a los vencidos en la Guerra Civil.

Autoayuda



Nobody's gonna mess me around...
...paid my dues /
Nadie me va a tocar los cojones...
...he pagado mis deudas..
AC/DC  "Highway to Hell".-.
   
Me paseo por la librería. Husmeo, olisqueo como un perrillo cachondo las novedades, las no novedades, bazofias, algunas pocas joyas generalmente escritas hace muchos años o siglos. Y llego a él. Me he girado y ahí está, esperándome. Lo empiezo a hojear y ojear. Lo escribe una tal Rose y parece ser un best seller fantástico. Superventas interplanetarias. Una portada irresistible. ¡22 ediciones ya! El libro que cambiará mi Vida (siempre escribo Vida con mayúscula por el respeto que le tengo, es lo único que tengo, que tenemos). Bueno, de hecho la contraportada dice que este libro "que ahora tiene en sus manos, amable lector" (ya empezamos mal, digo por lo de amable) ha cambiado la Vida de un fulano que es ingeniero en Dallas o de una ama de casa en Wisconsin. Debe de ser la hostia, me digo. Tras inspeccionarlo un poco me viene a decir que yo atraigo cosas, las leyes de la atracción y demás. Que si quiero dinero, piense en dinero. ¿Que quiero un Ferrari rojo? Lo tendré en meses, quizás semanas si sigo el método. Así, el Método. Acojona ¿ein?. Por supuesto, siempre hay un método y está en mí, "en mi maravillosa y desconocida potencialidad" (la cosa no va pintando mejor). Tócate el verigurcio.  Aunque claro, por esa misma regla de tres, me dice esta Rose que lo chungo de mi Vida, también lo he atraído yo. Que todo depende de mí, vamos. Que si mi marido me pega, es porque he ido tomando las decisiones desde niña para acabar así. Que ese amable tumor, incluso ese camión -mira que era grande- que no vi al cruzar son culpa mía. Si es que soy un torpe. Si mi hijo nace con una parálisis es porque yo así lo he decidido inconscientemente. Ya. Vete a la puta mierda, Rose. Claro que luego me arrepiento de haber pensado mal de ella  porque Rose y su libro pueden hacer que mi Vida cambie mañana mismo como digo. Puedo ser rico en unos meses fácilmente, hacer felices a los demás sin el más mínimo esfuerzo, puedo hacer que el mundo gire en torno a mí. ¡Ahí va ...! que  no había leído el párrafo en donde dice que el libro está avalado por un "secreto milenario" que ha sido conocido por los personajes más ilustres de la historia: Platón, Beethoven, Einstein,... qué cabrones, cómo se lo tenían callado para parecer genios. 


Creo haberlo entendido, tú también tienes esa conexión cósmica revelada a los escogidos y lo quieres compartir, Rose. Ahora yo conoceré el secreto también. Eso cambia las cosas, desde luego. Noto una erección incipiente. Así que como estoy jodido porque mi esposa me engaña o porque me gasto el dinero de la compra en las maquinitas del bar de la esquina, voy y me lo compro. Como no encuentro respuestas fáciles (desde luego no las hay) en este puto mundo, voy y me lo compro. Como estoy anhelando tener un empleo o como ya no soy tan feliz con mi Pepe, voy y me lo compro. Como soy un ejecutivo estresado o una madre con dos hijos que anhela conocer el amor (sí, ahora), me lo compro. Como quiero respuestas en mi Vida, voy y te doy mi dinero duramente ganado, Rose. Treinta euros por acceder a revelaciones universales no es tanto. Me parece un regalo.  Gracias por compartir tu secreto, amiga. Porque entiendo que ya somos amigos. ¿Puedo llamarte mi guía espiritual? Voy a conseguir una foto tuya en internet y me voy a hacer un solo de zambomba todo guarrote mirándote embobado en mi pantalla, Rose. Me estoy poniendo rojo... ya me viene... ya me viene... Me se salen los ojos, que decía aquel. Voy a llenar de lefa feliz y motivada tu jeta, Rose. Ya siento la conexión. Energía testicular en contacto con el secreto del Universo. Leche cósmica para regar tu Revelación. Amén. Oigo un coro de ángeles. Amén. Pensaré en un chalet con piscina, en el Ferrari de antes (mejor, un Aston Martin... ya puestos...) y rubias derramando Moët-Chandon sobre mi cabeza. En el súmum del éxtasis, voy y recomiendo tu puto libro a mis amigos del Facebook. Así sea. Voy a por los kleenex.


Más follar de verdad, menos autoayuda.
                              
      Todos hemos estado jodidos alguna vez. Todos debemos luchar por intentar cambiar nuestras circunstancias, por tener una mejor Vida. Sacar fuerzas de flaqueza en momentos difíciles y responsabilizarnos de nuestra conducta. El ser humano ya es adulto. No necesitamos gurús, guías falsos, indigentes intelectuales que nos revelen secretos de ningún tipo. No necesitamos a Benedicto, no necesitamos benzodiazepinas estúpidas para el alma. No necesitamos libros que insultan a la inteligencia con caricias facilonas.  Requerimos capacidad crítica y un objetivo por qué vivir y gran parte de eso está en nuestras manos, por supuesto. Cuestionarnos el mundo, luchar con nosotros mismos. No me río de quien lo pasa mal. Cada uno es libre de buscar respuestas en los libros o en donde quiera. Yo lo he hecho, lo haré hasta el final de mis días. Releeré una y otra vez mis textos preferidos. Pero jamás te leeré a ti, Rose. Me das asco. Las autoridades competentes deberían prohibir tu libro por hacer negocio con la gente desesperada de este mundo, por engañar a la gente que sufre. Por estafar a tus semejantes, hija de puta.