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Cosas por las que la Vida merece la pena.-


Zürich, 1 Junio 2014.

You can't always get what you want,
but if you try sometimes you just may find you get what you need /
No siempre puedes conseguir lo que quieres, 
pero a veces, si lo intentas, puedes encontrar lo que necesitas.
Jagger / Richards "You can't always get what you want" .-


El tipo que haga mi autopsia
sabrá que ese fiambre 
intentó disfrutar la Vida.
Zürich-París-Madrid o el hombre más feliz sobre la Tierra. Las mejores decisiones de mi Vida han tenido siempre un punto irracional. Un puntito poco cabal, suave y lejano pero excitante. Y si tú has tomado siempre las decisiones con brújula y compás, serás mañana un viejo o una vieja llena de arrepentimiento precisamente por las cosas que no has hecho. Triste. Ya no hablo de decisiones importantes como cambiar de ciudad o dejar un buen empleo, que también, sino de las decisiones porquesí que hacen la Vida más llevadera. Quizás estas sean las cosas por las que merece la pena estar vivo. Los franceses lo llaman joie de vivre, el gozo de vivir. Esas decisiones absurdas y locas que tomamos de golpe. O debería decir mejor que tomamos con el corazón, de la mano del instinto y del instante. Decisiones que tomamos con las entrañas, entrañables. Dicen que el corazón nunca se equivoca. Lo mejor de estas decisiones es que sabemos que nos harán felices cuando las recordemos dentro de muchos años, cuando contemos batallitas o nos quedemos a solas con nuestros recuerdos. Esas decisiones en las que la aparente sinrazón vence a la fría, y generalmente aburrida, lógica. Las ilusiones hechas realidad que nos llevaremos a la tumba y nadie nos quitará jamás. 


París, 13 Junio 2014.

Porque es sólo rock and roll pero me gusta... 
Porque son la puta banda sonora de mi Vida,
porque contra el cinismo de la edad, hay que saber mantener algunas pasiones,
porque son  canciones buenas para hacer cosas malas,
porque es la música en mis oídos cuando lloras borracho y solo en un callejón,
porque es la música que suena cuando hundes tu lengua en una mujer,
porque es la celebración de la Vida en 3' 42'',
porque a los nueve años ya me ponía sus chapitas,
porque esa canción de ahí abajo sonará en mi funeral.

Porque mis días  se ha ido ensuciando con su música, 
porque serán tres de las noches más bellas de nuestra Vida,
porque ( quizás) no los volveremos a ver más, 
porque recordaremos este mes de junio el día en que muramos,
porque sus canciones me han enseñado más de la Vida que cincuenta universidades, 
porque han hecho buena parte de lo que ahora soy, 
porque son la mejor banda de rock and roll del planeta,
porque de mayor quiero seguir jugando a  ser un chico malo,

... por todo eso, permite que de nuevo brille esa sonrisa enorme en mi cara. 

Deja que se realice el milagro cuando toda esa música empiece a sonar.
Déjame ser -una vez más- el hombre más feliz  sobre la Tierra.


Madrid, 25 Junio 2014.

Que yo ya sé que están mayores. Que sí. También sé que siempre es la última gira. También. Y que yo ni siquiera había nacido en los sesenta. Vale. Que son una panda de millonarios desde hace décadas. Ya. Que los mejores discos fueron hechos hace cuarenta años. También lo sé. Que los deliciosamente caóticos años setenta murieron. Sí. "Pero si ya no te cabe en casa todo el material que tienes de ellos". Siempre hay un sitio. "Que ya los has visto cinco o seis veces". Que ya lo sé." ¿Que nos vamos a pegar medio mes de junio recorriendo Europa? ". Por qué no. "Estás loco..." Por supuesto. "Es imposible pillar entradas". Tú déjame a mí. "Me encantan tus locuras". Y por muchos años. Así que eso. Que estoy hablando de la mejor banda de rock and roll de la historia. Te juro que esta vez no los perseguiré por los hoteles, que ya tengo los autógrafos.



Pues eso, joie de vivre.
Sea.




Nace, estudia, trabaja, cásate y muérete.



I was lost in a valley of pleasure.
I was lost in the infinite sea.
Do you like the world around you? /
Estaba perdido en un valle placentero.
Estaba perdido en una mar infinito.
¿Es éste el mundo que quieres?

Patti Smith, "RnR nigger".


A ver, que antes todo era más sencillo, que antes el enemigo estaba allí afuera, externo, fácilmente identificable, ajeno a nosotros, un otro definido y diferenciado. Vivíamos en el "paradigma inmunológico" con claros enemigos con los que pelear. Nosotros y ellos, nosotros versus ellos. El signo de los tiempos era la lucha. A principio fue la lucha contra los virus, las bacterias, las alimañas, después contra la tribu de al lado, los pueblos invasores, los países enemigos, las religiones de dioses no tan buenos como el nuestro,... lo ajeno, en una palabra. La patología la constituía el que fueras vencido por esos agentes externos a ti. Venía un estafilococo o un tipo con espada y al hoyo. Pero ahora, cuando nos creíamos tan seguros de nosotros mismos, existe una patología  mucho, mucho, mucho más tenebrosa... 


Edit. Herder, 2012.
Ya estás tardando,
y tranquilo que es finico.
Y esto es la sobreabundancia, el exceso de positivismo, la globalización, el don'tworrybehappy de los cojones ... en definitiva estamos sufriendo el paso del paradigma inmunológico a la pura violencia neuronal que nos causamos... sí, nosotros mismos, los chicos listos del siglo XXI. Y esa violencia neuronal en forma de stress, ansiedad, niños con hiperactividad, depresión, ictus prematuros y suicidios (en mi pequeña Comunidad de 500.000 habitantes hay uno al día, según un colega que curra en el 112). Y esa "violencia neuronal ya no es parte de una negatividad extraña al sistema; es sistémica". En este mundo ya casi nada nos es ajeno o extraño, caemos en la "sobreabundancia de lo idéntico" o la "masificación de la positividad". Sufrimos infartos cerebrales por el terror de la inmanencia. Ya no hay tiempo de disfrutar de un Nocturno de Chopin o de los grandiosos ensayos de Montaigne, ahora se nos exige ser multitasking, saber de todo sin esfuerzo, información sin formación. Ni siquiera tenemos la "suerte"de ser el animal laborans que postuló Arendt, viviendo para trabajar en una masa anónima... qué va, qué va, no somos anónimos, no renunciamos a nuestro ego y confiamos en nuestra libertad personal e intransferible. No nos pensamos animalizados sino guays. El mínimo consuelo lo podemos encontrar en la vida contemplativa nietzscheana, reflexión personal y rebelde, juzgar para después actuar o en la rabia redentora que cuestiona siempre el presente. El resto son chorradas, smartphones e Ikeas.

Resulta que casi deberíamos envidiar (entiéndaseme, por favor) a esos jodidos estados totalitarios, en donde se cumplía un segundo paradigma histórico, el de la obediencia, más o menos incómoda desde luego, pero sobre todo, clara. Porque ahora la cuestión no es obedecer a un sistema, es que nosotros somos ese sistema y ni siquiera sabríamos cómo desobedecer. Ya no nos exigen disciplina desde el exterior, ahora nos exigimos rendir a nosotros mismos. Y rendir y rendir y rendir, amiguitos, suele conducir a la depresión y al fracaso en demasiadas ocasiones. La mortal hiperactividad. El poder (que ya no sabemos definir con claridad) nos doblega más con la positividad de tener que hacer, mejorar y progresar que con la negatividad de la obediencia. Al imperativo del rendimiento ( no ya sólo una casita mejor, un coche mejor, un empleo mejor, un cuerpo mejor, un móvil mejor, un ocio mejor sino la mejor educación para tus nenes o el autoperfeccionamiento profesional) le sigue la falta de toda soberanía personal... y eso sin coacción externa. La puta cuadratura del círculo. Somos víctimas y verdugos... al mismo tiempo en una paradójica e ilusoria creencia en la libertad. Hay que se joder, que decía aquel.