Iñigo.-Ahora que Dios no mira
Ahora que Dios no mira,
me beberé la botella entera.
Y son las once de la mañana de un martes.
Como Dios no mira ahora,
regaré tu vientre con leche caliente y resignada.
Leeré el Eclesiastés,
ahora que Dios no mira,
para intentar ganarle mañana la partida.
Ahora que Dios no mira,
la soledad se masturba mirando tus primeras canas.
Como a Dios no le importo hoy,
compruebo los horarios de paso de los trenes.
Ahora que no sé a dónde voy,
es una suerte que Dios esté despistado.
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cuanto más lo leo más me gusta...
ResponderEliminarInaxio.
Gracias, Inaxio...sé bienvenido a estas páginas...
ResponderEliminarEres un fiera, Iñigo. Sabía que llevabas tiempo escribiendo. Lo sabía. Sabía que había algo más detrás tuya. Algo más. Lo sabía. Algo más allá de tu elocuencia. Tu elocuencia nerviosa cuando todos te escuchan. Porque hay que escucharte, dejarte hablar y escucharte. Algo más allá de tu silencio, tu silencio amargo, tu mirada perdida, tu pozo sin fondo, cuando todos rien por cosas banales. Sigue ahí. ¿Estás ahí?
ResponderEliminarIñigo.
ResponderEliminar¡Qué decir! comparto algunas cosas que expones, la crítica social me parece razonable y me parece también que a pesar de todo el absurdo, estamos buscando salidas creativas. Me quedo con tu poesía, también la del recital de Mercedes, menos violenta, más tierna. Añado un supuesto poema de Neruda y como dice Darwish en su poema “viva la poesía”, esa poesía que nace del terco empeño de vivir dignamente y de buscar la belleza de forma suicida.
QUE LAS LETRAS TE ACOMPAÑEN…
Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando esta infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!
Teresa
Hola, caballero:
ResponderEliminar¿Qué tal?
El poema de arriba está muy bien, es interesante por el contenido y por la forma. Tiene ritmo. Pero me surge una duda: ¿por qué aparece Dios?, ¿qué más da si mira o no mira?
Quizá lo pregunto porque yo no creo en Dios. Me ha sorprendido un poco.
la chica de la bici
Chica de la bici,suicida sobre el hielo,experta en cronofagia ...je,je:Dios en el poema puede ser lo que quieras, la fe que duda,la aparente estabilidad que se desvanece,un cambio de rumbo,esas etapas raras en las que no estás en ningún sitio,etc...por eso Dios o la ortodoxia no mira.
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