En ocasiones es importante
tomar distancia de algunas cosas
para descubrir su auténtica naturaleza.
Reflexión mientras descargo mi vejiga en un bar
a las dos de la mañana.
Con una mano hago la foto
y con la otra me la sujeto.
De kyklos, rueda. A través del latín, cyclus, círculos. Ciclos. Económicos, biológicos, geológicos, políticos, bursátiles, astronómicos, deportivos, profesionales. Por supuesto, personales y vitales. A veces no somos capaces de verlos, ocultos entre prisas, facturas y domingos. Pero en ocasiones puedes apreciarlos con meridiana claridad, te asaltan en el momento preciso en que sabes que acabas un ciclo y empiezas otro. Decía Schopenhauer que el hombre se mueve entre la necesidad y el tedio, o algo parecido. Es que lo leí hace mucho, cuando confiaba en la reflexión y el pensamiento y no en el Acto. Si se materializa el deseo, aparecerá el tedio tarde o temprano. Si no conseguimos lo deseado, es la necesidad la que hace acto de presencia. Es posible que sea así. Puerca vida. Nos movemos entre esos dos extremos. En la vida laboral, en la vida de la jodienda, en la vida amorosa,... en la Vida. Los ciclos siempre. Y la felicidad acaba dependiendo de si eres consciente de en qué parte de tu ciclo vital estás. O de cómo te buscas la vidilla para saltar de uno a otro. Saltar con más o menos arte, con más o menos pérdida. Y a veces, como digo, entiendes con una lucidez extrema la sucesión de dichas etapas en tu Vida. Y si sales más o menos bien parado de un ciclo -no en exceso magullado, quiero decir- y el nuevo que inicias pinta mejor, eso es la felicidad. ¿Y qué tiene que ver esto con Ariel Rot? He visto a este tipo tocar en cinco ocasiones. A lo largo de unos veinte años. Con tres mujeres diferentes, en tres ciudades distintas. Tenía tres trabajos diferentes. ¿Sigo siendo el mismo? ¿Era yo otro? Rimbaud decía que yo es otro. Je est un autre. Así que hace nada tuve la exacta percepción de cómo ha ido mi vidilla en este tiempo, de mis propios ciclos. Hacía mía cada canción, entendía perfectamente cada frase, cada palabra, cada historia de aprendices de canalla, amores rotos, chicas malas o buenas (las de en medio no interesan), soledades, chicos duros que lloran, caricias, lágrimas, abrazos, pérdidas de nuevo, frustraciones y esperanzas, polvos locos, besos robados.... bla... bla... bla... lo habitual. En pleno concierto, cambié de ciclo. Gracias, Ariel. La cerveza también me ayudó a ver la luz, claro. Pero la vi, en serio. Análisis de coste-beneficio emocionales del alma, no en hojas Excel. A veces la sucesión de las cosas sólo cobran sentido cuando miras hacia atrás. Por más confuso que te sintieras cuando ocurrían, sólamente tiempo después descubres que era así como debían ocurrir exactamente para llegar adonde estás ahora. Esta es tu Vida. No hay que juzgarse sin tiempo que escribió Benedetti. Está saliendo un post llenico de citas y tal. Todo cultureta que se pone uno. Ciclos que aparecen delante de tus ojos cobrando pleno sentido cuando menos te los esperas. Sentimientos y recuerdos buscando como lobos el corazón para darle mordisquitos. Pues eso, que me apetecía contarlo. Felices ciclos. Felicidad para todos.