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La belleza de 15 minutos en un viernes noche.

Desde que tengo uso de razón, el mejor momento de la semana es la noche del viernes. Cuando vas al cole, a la Universidad o cuando trabajas. No la del sábado, a la que le suele seguir un domingo generalmente aburrido e improductivo. Sin embargo, a la noche del viernes le siguen dos días de descanso. Como si todo lo que haces de lunes a viernes tuviera como premio el ser tú realmente en la noche del viernes. Es el momento en que eres más tú. Sabes que será efímera, pero tuya. Y no hay tantos imbéciles en los bares a quienes debas saludar y escuchar su palique tan mortal y vacío como ellos como en un sábado. Suelo poner cara de circunstancias -justo la que ellos desean, voy probando-  con un "ajá" aquí o un "claro" allá que parece dejarlos satisfechos.  Así que allí estaba yo hacia las nueve de la noche. Ella no ha llegado. Como debe ser. Chicas: en vuestra primera cita "oficial" quince minutos de espera es lo oportuno. Si tardáis menos pareceréis ansiosas; si más, descuidadas. Y eso no nos mola. Además, dais tiempo al chico para que se eche al coleto su primera cervecita de la noche. En botellín, por supuesto. En fin, pueden ser imaginaciones mías pero cuando llevo una camiseta de los Rolling... acaban sonando los Rolling; siempre he pensado que ejerce sobre quien pone la música una especie de mandato subliminal, inconsciente. Claro, siempre que no sea un bar de viejos regentados por chinos o de pintxos fashion. Como ya supondréis yo selecciono mis bares, es como seleccionar tus lecturas o tu música. Los bares que frecuentas dicen mucho de ti. Bueno, al grano. Me apoyo en la barra, solitario, un punto chulo -¿qué pasa?-,  me quito la chaqueta de cuero y empiezan a sonar los Stones. Desde crío frecuento ese bar. Le pregunto al camarero por otro camarero que trabajaba antes -apodado "El serbio", jamás supe su nombre- pero más de aquí que las villavesas. Recuerdo las cintas pirata de los Clash que le dejaba; a cambio bebía gratis media noche. Bueno, el Serbio "ha dejado la hostelería". Diez años fuera de esta ciudad dan para algunos cambios, debo ser consciente. Pasan los minutos y pienso en la chica. Y no hablo de lo de siempre: belleza, misterio, inteligencia, humor, conversación y sensibilidad. Eso lo tienen todas las chicas que han salido conmigo. Si no, no lo habrían hecho. Así que cumpliendo esos mínimos, sin los cuales es mejor estar solo, uno empieza a valorar las cualidades que realmente importan y que son las netamente diferenciadoras: que pueda beber tanto como yo y que distinga a Oasis de los Who -cuando toca la guitarra desnuda, no te atreves ni a respirar por miedo a alterar el sublime equilibrio del universo-. Aquí llega, los quince minutos que os decía antes. Importante: hay que observar si hay un cambio desde la última vez que la visteis, un pelo alisado, una prenda recién comprada,... si es así , todo irá bien. Estoy de enhorabuena: nuevo peinado y recorrido por tiendas.  Y no nos engañemos, uno también se ha recortado la perilla o ha elegido una cazadora molona. El diablo está en los detalles. Y es que  uno tiene sus cositas, aunque vayamos en plan "eh, nena, soy un chico rockero que voy de durito". Y en esos precisos instantes del inicio de la noche, las sombras del pasado y las incertidumbres del futuro no existen; sólo existe el aquí y ahora. Así  que allí estoy: viernes noche, pasta en el bolsillo, rocanrol y la chica más guapa de la ciudad a mi lado en un bar.Y muchas horas por delante. ¿Alguien da más? 

Canción ad hoc para esperar a una chica en un bar un viernes noche mientras pides una cerveza:

9 comentarios:

  1. te mereces un gran amor Iñigo

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  2. Está muy bien esto de los blogs. Si hoy en día te interesa alguien, puedes comprobar en Internet (siempre hay formas de hacerlo) si tiene un blog y qué cuenta en él. Antes había que empezar: estudias o trabajas, vienes mucho por aquí, tienes novia... Ahora puede ser mucho más fácil.

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  3. Anónimo: ¿Me estás diciendo que ha sido ese el motivo de visitar mi blog? Je. ¿Quién eres? Manifiéeeeeeestate, espíritu! ¿No serás un camionero de poblado mostacho y espaldas anchotas?

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  4. Hola Iñigo, anda que yo también... joder que oportuno soy.. pretendiendo que oigas a Millás cuando tenías una cita con la chica más guapa de la ciudad. Muy bueno el post , real o no,¿ quien sabe?, sobre qué nos pasa por la cabeza mientras esperamos a nuestra chica , (o chico) en una de las primeras citas,o reencuentro glorioso (supongo), muy buenos los detalles de en qué fijarse, cambio de peinado, ropa nueva. En fin sentirse vivo al manifestarse pelin nervioso en esos minutos de espera,eso es la vida, los pequeños ritos,las mariposas en el estómago de los primeros encuentros. No sé si como dice anónimo conocerse , preconocerse, como precocinarse , por un blog facilita las cosas o las hace más cortas, yo ya estoy madurico, y creo que el juego de la seducción , el contarnos qué nos gusta y con qué soñamos es básico para enamorar a cualquier chica, antes lo era. Bueno Iñigo pos eso que a MIllás ya lo leeremos. Muy buena anédota.

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  5. Arqui.- Estaba esperando a esta chica hace tres o cuatro viernes y súbitamente pensé: estos instantes son los que hacen que la vida merezca la pena. Cuando vayas a palmarla, son el tipo de momentos que desearías repetir (junto a varios otros , por supuesto) pero son los que te hacen sentirte vivo y feliz. Son tan sencillos como irrepetibles. Son los momentos en los que hay que dejarse llevar, sin más. Desde luego , no hay nada como verse las caras, las expresiones,las miradas, se intuyen cosas, se prueba etc... Es pura magia. Y muchas veces dejamos que no ocurran esos momentos por puro miedo y vergüenza. Si fuéramos conscientes de la brevedad de nuestros días...qué no haríamos si esta semana fuera nuestra última semana en la Tierra. Deberíamos llevar una libretita en donde apuntásemos los "momentos especiales de tu vida". E intentar tener el máximo de ellos. Ya se me ocurre otro post estilo "Momentos estelares de mi vida"... incluso con un ranking.

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  6. Lo de "Momentos estelares" de tu vida no creo que te quepa en un post, afortunadamente. Pero sea cual sea el nº de páginas de la obra, me la pido. Interesante!!

    Gracias por el post. Me ha hecho recordar... Gracias

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  7. Miguel.- Todos tenemos esos momentos estelares y vitales. Párate a recordar un rato y lo comprobarás, lo que ocurre es que a veces están camuflados entre prisas, urgencias y no nos paramos a verlos. A veces pasan desapercibidos cuando en realidad son parte fundamental de nosotros mismos.

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