Los nuevos bárbaros: auténticos cafres rodeados de efectivos y modernos productos higiénicos. |
No es cuestión del eterno enfrentamiento generacional, tampoco es que una forma de pensar caduque y la sustituya otra. La cuestión es que llegan los bárbaros, como llegaron en las postrimerías de Roma y arrasaron el mundo preexistente. Nos enfrentamos a ellos ahora. No es un nuevo escenario o un cambio en las reglas del juego, es una mutación del mundo conocido hasta hoy. ¿Crisis de valores, apocalipsis? Llegan camuflados de la espectacularidad vacía (atajo resultón y servil) que nos facilitan la tecnología y los medios; los nuevos bárbaros son higiénicos y pragmáticos. Hombres que hacen surfing mental en la superficie del mundo, no el hombre vertical, de profundidad, que busca el sentido de las experiencias, no su acumulación. Vemos los saqueos culturales y sociales pero no acertamos a distinguir a los invasores. ¿Quiénes son exactamente? No hay mapas de estas batallas. Por ejemplo, el fútbol. Antes eran once tíos contra once. Un partido a la semana y contento. Ese partido era sagrado, era un gesto. Ahora decenas de partidos en decenas de canales, declaraciones de entrenadores, presidentes y la señora de la limpieza de los vestuarios. Emisoras copadas por los calzoncillos de las estrellas. Sesudos debates sobre la planificación del planeamiento de la preparación de los previos de los partidos. Los bárbaros desacralizan los gestos antes importantes.
Creamos generaciones de hombres sobresaturados de información basura. La televisión. Google. El periodismo vacío, multimedia, exprés, que no entra en lo esencial sino que busca el puro movimiento sin reflexión. Los bárbaros buscan encadenar sensaciones sin fin ["sistemas de paso", los llama el autor], acumular una experiencia tras otra sin detenerse a disfrutar una sola de esas experiencias artísticas, humanas, lúdicas, ... Los bárbaros no destruyen, transforman los campos que tocan, lo cual es mucho más terrorífico. ¿Por qué no oímos música clásica? El romanticismo musical (artístico) nos empezó a mostrar el alma humana (espiritualidad no religiosa) o la necesidad de ella. Los bárbaros la transforman, hasta su casi erradicación; no es que no tengan alma, es que no la necesitan para su existencia. Como dice el autor ¿para qué necesitamos a Schubert si no tenemos alma? En fin, los bárbaros desprecian el esfuerzo, prefieren la inmediatez. O, dicho con otras palabras, para disfrutar del segundo movimiento de la Séptima del viejo Ludwig tienes que esforzarte en sentir, sufrir, mejor dicho, tienes que "disfrutar sufriendo" en la soledad de tu salón (ciego de vodka y granadina, optativo) mientras vas vislumbrando lentamente, hasta el éxtasis, la inconmensurable belleza de esa composición humana; no es de asimililación inmediata, como la telebasura o youtube. Y eso requiere una actitud, una predisposición personal, romántica, individual, de la que los bárbaros no disponen. Una forma cojonuda de reivindicar la sensibilidad humana, que esos gañanes-chic (me he cansado de llamarles "bárbaros") ignoran. El pasado, dice Baricco, no son ataudes flotantes que pasan al ritmo de la corriente de la historia. El pasado, digo yo, y su pensamiento y su arte, eres tú aquí y ahora. El pasado no es algo caduco, es un continuo presente a nuestro alcance, un tesoro esperando a ser revivido y disfrutado una y mil veces.
Creamos generaciones de hombres sobresaturados de información basura. La televisión. Google. El periodismo vacío, multimedia, exprés, que no entra en lo esencial sino que busca el puro movimiento sin reflexión. Los bárbaros buscan encadenar sensaciones sin fin ["sistemas de paso", los llama el autor], acumular una experiencia tras otra sin detenerse a disfrutar una sola de esas experiencias artísticas, humanas, lúdicas, ... Los bárbaros no destruyen, transforman los campos que tocan, lo cual es mucho más terrorífico. ¿Por qué no oímos música clásica? El romanticismo musical (artístico) nos empezó a mostrar el alma humana (espiritualidad no religiosa) o la necesidad de ella. Los bárbaros la transforman, hasta su casi erradicación; no es que no tengan alma, es que no la necesitan para su existencia. Como dice el autor ¿para qué necesitamos a Schubert si no tenemos alma? En fin, los bárbaros desprecian el esfuerzo, prefieren la inmediatez. O, dicho con otras palabras, para disfrutar del segundo movimiento de la Séptima del viejo Ludwig tienes que esforzarte en sentir, sufrir, mejor dicho, tienes que "disfrutar sufriendo" en la soledad de tu salón (ciego de vodka y granadina, optativo) mientras vas vislumbrando lentamente, hasta el éxtasis, la inconmensurable belleza de esa composición humana; no es de asimililación inmediata, como la telebasura o youtube. Y eso requiere una actitud, una predisposición personal, romántica, individual, de la que los bárbaros no disponen. Una forma cojonuda de reivindicar la sensibilidad humana, que esos gañanes-chic (me he cansado de llamarles "bárbaros") ignoran. El pasado, dice Baricco, no son ataudes flotantes que pasan al ritmo de la corriente de la historia. El pasado, digo yo, y su pensamiento y su arte, eres tú aquí y ahora. El pasado no es algo caduco, es un continuo presente a nuestro alcance, un tesoro esperando a ser revivido y disfrutado una y mil veces.
Cuando echen tu puerta abajo... cómo les vas a esperar?
Con las manos en la nuca o con las manos en el gatillo?
Un ensayo de Baricco que apunto para lecturas convenientes, Baricco es uno de mis autores vivos preferidos, pero siempre he leído sus novelas, soy vago y despistado y no me esforcé con su buena versión de la Ilíada, esa también la tengo pte. Me parecen muy ciertas y agudas sus reflexiones sobre esta civilización de bárbaros con barniz de civilizados en la que nos estamos conviertiendo: Me parece necesario reivindicar la espera, el esfuerzo para obtener los deseos, el aburrimiento como fábrica de imaginación y el tomar conciencia de que el futuro es una sucesión de pasado. Lo leeré y espero sea en grupo así haremos libroforum, siempre poniendo en común despacito se observan cosas que nos pasan desapercibidas. Saludicos.
ResponderEliminarAmigo Arqui.- Te gustará, es actual y no tan sesudo como otros ensayos que pululan por ahí. Agradable y formativo.Tus apuntes sobre la obra, aún sin haberla leído son muy certeros. Que lo disfrutes...
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