Foto DNI del susodicho.
Belga 1903/1987.
Pues no sabría clasificar el género este libro. Ya sabemos que inaugura el género de novela histórica pero puede leerse como libro de viajes, biografía, ... yo prefiero tomármelo como uno de esos libros que versan sobre "el arte de vivir" que también los hay. Y si no sé cómo clasificar su género, sí sé clasificar su calidad: una obra maestra. No solamente por su rica pero sencilla prosa (traducida por Cortázar, que por cierto, utiliza la expresión "persona humana" por ahí) sino por su perspicaz visión del elemento humano. Una visión realista, a veces cínica y siempre brillante de la condición de los hombres y mujeres. Acompañamos al emperador desde su niñez hasta su muerte pero fundamentalmente acompañamos a un hombre sensible y duro, magnánimo e implacable, austero y guarrete, que no duda en tomar drásticas decisiones cuando su cargo lo requiere, con enormes responsabilidades, contradictorio como obliga a serlo su ilimitado poder. Escéptico pero con fe en el género humano.
Por cierto, en realidad se trata de una larga carta escrita a su sucesor Marco Aurelio que es uno de los tíos que más admiro y cuyos "Soliloquios" o "Meditaciones" deberíais comprar mañana mismo (o robar).
Es un hombre obsesionado por conocer su entorno:
"Como todo el mundo sólo tengo a mi servicio tres medios para evaluar la existencia humana: el estudio de mí mismo, que es el más difícil y peligroso pero también el más fecundo de los métodos; la observación de los hombres, que logran casi siempre ocultarnos sus secretos o hacernos creer que los tienen; y los libros, con los errores particulares de perspectiva que nacen entre sus líneas".
Como vemos, métodos imperfectos. Esa es la clave del libro. La búsqueda del conocimiento, el descubrimiento de las debilidades humanas, del amor apasionado y del compromiso ilimitado. Afina la búsqueda de un trocito de verdad, quiere saber qué hay detrás de un polvo:
"Yo hubiera querido más: la criatura humana despojada, a solas consigo misma, como alguna vez debería estarlo durante una enfermedad, a la muerte de un primogénito, al ver una arruga en el espejo. Un hombre que lee, que piensa, que calcula, pertenece a la especie y no al sexo (...) Pero mis amantes parecían empecinarse en pensar tan sólo como mujeres; el espíritu y el alma que yo buscaba no pasaba todavía de un perfume".
(Esto seguro que lo pensaba un domingo por la mañana, cosa mía ¿eh?).
A pesar de ser el hombre más poderoso de su tiempo, de rodearse de artistas, guerreros, magos, filósofos, sacerdotes de muchos cultos, escribientes, sabios, ... es consciente de la impotencia del saber humano:
"El pensamiento de nuestros filósofos me parecía igualmente limitado, confuso o estéril. Tres cuartas partes de nuestros ejercicios intelectuales no pasan de bordados en el vacío. Me preguntaba si esa creciente vacuidad se debería a una disminución de la inteligencia o a una decadencia del carácter".
Como he dicho, con este libro viajaréis, conoceréis costumbres antiguas, la vida guerrera en las fronteras bárbaras, las intrigas palaciegas, los ritos iniciáticos de cultos que ya no existen, etc... pero especialmente, cuando lo acabéis, lo guarderéis con especial cariño en vuestra biblioteca y en vuestra memoria de chicos/chicas listas.
Joder, joder, joder y hasta tres veces joder... Lo que recomiendas hoy son palabras mayores, compañero. Ahí es nada. MEMORIAS DE ADRIANO de la Yourcenar, de la que nunca se ha hablado lo suficientemente bien. Quizá si ese libro, esa obra maestra -la verdadera novela histórica en carne viva- la hubiera escrito un hombre otro gallo cantaría... En fin, cosas de la vida.
ResponderEliminarEn cuanto a las MEDITACIONES de Marco Aurelio, buh..., casi nada. Filosofía pura,amigo. Yo tengo por casa una edición pequeñita preciosa, una joya de esas que publicó José J. de Olañeta, en su colección de LOS PEQUEÑOS LIBROS DE LA SABIDURIA, a precio popular. Debería ser de lectura obligatoria en los colegios, eso sí, y no las memeces que te hacen leer...
¿Has leído las notas del final? Después del festín del libro no pude resistirme... Me parece tan alucinante que alguien escriba algo así... y así de bien... En esas notas se intuye el enorme esfuerzo, trabajo, toda una vida, soy fan total de la Yourcenar.
ResponderEliminarLas he leído y te das cuenta de lo que supuso escribir una obra así. Eso significa tener fe en su trabajo y el coraje de perseverar a lo largo de los años... la próxima vez que nos veamos brindaremos por la Yourcenar.
ResponderEliminarTodavía no termino de asimilar la lectura de este alucinante libro. Me impacta el amor de Adriano por Antinoo y al final ver el derrumbamiento definitivo... la muerte que arrasa con todo. El filosofo, mirando el perfil de la muerte en ese gran vacío...
ResponderEliminarQué maravillosa novela
Yolanda
Querido anónimo.- Lo has descrito muy bien pero la muerte no arrasa con todo, sencillamente coloca las cosas en su sitio, da sentido al pasado definitivamente.
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